El blanco que te baña

Un mes ha pasado, y mi mar de sentimientos no se ha acostumbrado, rogando cada noche poder descansar para reabastecer mi contenedor, despertando al descubrir que un acecho existe, un temor.

He ido a sitios que no conozco, he visto gente a la que no se tratar, cubierta y envestida de una careta, que grita, que llora y que nada brilla.

Es manual cada telar, es de cada hilador el hacer hermosas prendas, corriendo hacia un sentido que solo percibo con la vista, arriba para alcanzarte, a los costados buscándole, hacia abajo para huir y refugiarme. Bailando como nunca la había visto, desgarrando su ser para ofrecerme un cántico lleno de todas las emociones que alberga, es mera fantasía y son piedras, temo del resultado de vivir a su lado, pero temo aún más descubrir que toda mi energía se ha desperdiciado. Adquiero gemas, las baño y les pido un único propósito, ayudarme a perfilar lo que he venido a ser, lo que me muestra es aterrador, me quita el sueño y me haca cambiar en una persona que se parece más a ella que a mi.

He pintado escenarios, he coloreado situaciones, y las más sinceras llegan con sal y con hierro, fuego y aire, ¡Oh mi amante!, mi obsesión pasional, no te he logrado tocar ni una sola vez y me haces reír, no he descansado en tu regazo y me brindas cobijo, si saltará justo ahora al barranco de la locura, serías la sensación de lo irreal en las ráfagas que piden misericordia por mi incongruencia.